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Cómo hacer fotos a tus sujetos con su mejor luz.
Si eres capaz de establecer una conexión genuina con tu sujeto, ya tienes la mitad del trabajo hecho para conseguir un retrato fotográfico perfecto. Anthony Pidgeon, un fotógrafo profesional de retratos, explica: “Gran parte de un buen retrato se basa en una buena relación. Eso no es un aspecto técnico de la fotografía, pero creo que es muy importante con los retratos porque estáis trabajando juntos, con suerte. Tu sujeto te va a ofrecer algo que debes corresponder y debes encontrar el modo de expresarlo. Hay un elemento de confianza: ¿confían en ti? ¿Confías en que te acompañarán durante el proceso? ¿Se forjó una buena relación? Entonces puedes expresar eso de la mejor manera posible con la iluminación, la pose y la composición”. Anna Goellner, especializada en fotografía de bodas, lo explica así: “Estás tratando de contar una historia; estás tratando de mostrar quién es esa persona”.
Entonces, ¿cómo creas ese momento de colaboración? Preparar una gran sesión de fotos lleva tiempo, así que cerciórate de tener un poco de margen. Shawn Ingersoll, diseñador y fotógrafo, sugiere que, al programar una sesión, debes contar con un margen de al menos una hora. Explica: “Tal vez transcurrirán los primeros 30 minutos antes de que empecéis a conoceros bien”.
Pidgeon señala que cada sesión será diferente, por lo que deberás estar atento al sujeto, ya que algunos estarán más abiertos que otros. “Creo que depende de la persona, de dónde están, qué está pasando, si quieren estar allí. Muchas veces, no quieren”, dice. “Muchas veces, tenían cinco citas programadas antes de estar contigo y otras cinco luego de ti, y solo están pendientes del reloj. Algunas personas quieren hacer algo guay, mientras que otras quieren terminar lo más pronto posible. Algunas personas son muy vergonzosas. Tener una idea de su nivel de compromiso determinará el proceso”.
Cuando conozcas más o menos a la persona con la que estás trabajando, centra tu atención en el entorno. Pidgeon sugiere que te preguntes: “¿Hay fuentes de luz natural? ¿Es una situación en la que voy a emplear iluminación intensa o suave, directa o indirecta? ¿Qué va a contar esta historia?”
Es normal que te sientas presionado cuando estás fotografiando a alguien, pero una de las claves para hacer un buen retrato es tener tiempo para conectar con la persona y reflexionar. Naba Zabih, una fotógrafa de bodas y compromisos, afirma que incluso con los nervios de un gran evento, es importante tomarte el tiempo necesario para componer una imagen de la que estés orgulloso. Continúa diciendo: “Especialmente cuando todo es digital y muy rápido, detente un momento, compón la toma y piensa en la foto antes de hacerla”. Recuerda que con una foto de retrato tienes que tener en cuenta un factor adicional: “Las personas son seres vivos”, dice Zabih, “por lo que, sin lugar a dudas, serán más difíciles de fotografiar que algo que no se mueve; no van a dejar de moverse. Parpadean”.
Muchos elementos de la fotografía de retratos dependen de la intuición más que del control técnico, por lo que es útil poder identificar u organizar una buena iluminación para la sesión de retratos desde el principio. Si estás trabajando en un estudio, podrás tomar muchas de estas decisiones por adelantado. Ingersoll sugiere: “Si quieres un retrato dramático y con un alto contraste, probablemente emplearás más luz directa, ya sea luz solar o artificial. Si estás buscando una foto menos dramática, algo más parecido a un retrato profesional, será más difusa, con diferentes fuentes de luz. Tendrás una principal, normalmente la que más brille, que iluminará un lado de la cara del sujeto. Entonces querrás iluminar el otro lado, así conseguirás un segundo apoyo; de lo contrario, tendrás una imagen muy dramática. Una tercera luz es opcional. A veces se usa para iluminar el cabello o el fondo, si lo hay”.
“A medida que las personas envejecen, debes suavizar un poco la luz, a menos que realmente quieras acentuar las texturas de la piel de alguien”.
Pidgeon aconseja: “A medida que las personas envejecen, debes suavizar un poco la luz, a menos que realmente quieras acentuar la textura de la piel de alguien. Pero si alguien tiene cicatrices de acné o arrugas, seguramente no trabajarías con una luz dramática, a menos que realmente sea un rasgo distintivo suyo. Creo que debemos preguntarnos: ‘¿Podrías hacerles sentir mal mostrarles de esta manera? ¿Son personas dinámicas? ¿Les favorece? ¿Es lo apropiado?'”. Advierte que los fotógrafos de retratos deben entender cómo equilibrar sus luces. “Muchos principiantes tienden a abusar del flash y luego las fotos parecen las de un ficha policial”, dice. “Básicamente estás haciendo dos exposiciones al mismo tiempo cuando estás equilibrando la luz principal y la luz de relleno. Cuando entiendas cómo funciona ese equilibrio, puedes hacer cambios progresivos en lugar de simplemente decir: ‘Vale, lo voy a potenciar o lo voy a quitar’”.
Si estás fotografiando retratos en exteriores, empleando principalmente luz natural, necesitarás un juego de herramientas ligeramente diferente. La experiencia de Goellner con bodas en exteriores le mostró que el peor momento para hacer fotos es el mediodía. Explica: “Con el sol justo encima, tendrás sombras debajo de los ojos. Busco una iluminación uniforme para los retratos. Las bodas suelen celebrarse al mediodía y cuando así sea, busca siempre árboles”.
Goellner sostiene que uno de los consejos más importantes para la fotografía de retratos es enfocar los ojos del sujeto: “Si enfocas la frente o el flequillo de alguien y sus ojos están desenfocados, lo arruinas todo”, afirma, “a menos que quieras ser artístico”. Más allá de este consejo tan simple pero fundamental, necesitarás pensar con qué objetivo estás trabajando.
Goellner dice que los mejores objetivos para retratos se abren bastante. “Una apertura muy amplia deja entrar mucha luz y permite que el fondo se vea difuminado”, agrega. Los objetivos gran angular y una profundidad de campo baja te ayudan a mantener el enfoque en tu sujeto, en lugar de perderlo entre elementos del fondo que podrían ser menos importantes. El objetivo para retratos que usa Goellner es de 85 mm.
Derek Boyd, un fotógrafo del noroeste del Pacífico, sugiere probar distancias focales aún más largas: “Si tienes una distancia focal larga y estás cerca de tu sujeto, tendrás una profundidad de campo muy baja”, dice. “Entonces, un objetivo de 200 milímetros es ideal para retratos. Básicamente, debes capturar la foto tan cerca como puedas y el resultado será óptimo, porque tendrá el fondo difuminado. Y la compresión que causan los teleobjetivos genera un poco de distorsión que favorece mucho a las personas. Hace que las narices se vean un poco más pequeñas y que los ojos se vean un poco mejor. Es muy favorecedor. Es difícil de describir, pero cada vez que ves un atractivo retrato parecido a una foto glamurosa, casi siempre se hace con una distancia focal muy larga. Ahora bien, por otra parte, tienes las distancias focales amplias, por lo que sería cualquier cosa de 30 milímetros o menos. Si te acercas mucho a alguien con un objetivo gran angular, haces que su cabeza se vea muy grande y que todo el fondo se vea muy pequeño, casi llegando a conseguir ese efecto de ojo de pez. No es nada favorecedor. Puedes usarlo para retratos, pero se ve ridículo”.
La sorpresa aquí es la capacidad de elegir tu punto focal. Boyd explica: “Antes de hacer fotos con una cámara de verdad, una SLR, solo hacía fotos con cámaras compactas donde todo estaba enfocado. Creo que esa es la diferencia entre una instantánea y una fotografía artística de verdad, resaltar el sujeto. Eso no significa que debas usar una profundidad de campo baja, aunque un retrato de estilo profesional sí que lo hará. Y la primera vez que lo haces por ti mismo, es como magia. Ese aspecto es algo que siempre me volverá loco. Siempre me encantará un retrato con un fondo completamente difuminado y un ojo lindo y nítido, con un efecto ‘catch light’; un lindo brillo en el ojo”.
Muchos fotógrafos empezarán a usar los modos de programa automatizados para hacer fotos. Esos modos pueden ser muy útiles al principio, ya que te permiten conectar con el sujeto y concentrarte en la iluminación, pero Pidgeon advierte de que, en última instancia, pueden obstaculizar tu progreso. Dice: “Un programa puede ofrecerte lo básico, pero no creo que puedas ser muy creativo. El programa está ahí para mantenerte dentro del rango de lo aceptable. Pero si estás aprendiendo de fotografía, quieres más que algo que esté bien. Tienes que trabajar de manera manual para obtener ese matiz. Y eso da miedo. Mucha gente dice: ‘Oye, este modo de programa en particular funciona muy bien. Tengo fotos asombrosas en esta situación. No quiero perderlo’. Y de repente te encuentras en una situación diferente y ya no funciona. El programa estaba trabajando por ti, haciendo todos los cálculos por ti y tomando muchas decisiones. Entonces tienes que volver atrás y descubrir cómo funciona la exposición”. Aprender las configuraciones manuales de la cámara y tener acceso a decisiones más matizadas significa que puedes conseguir fotografías de retratos mucho más creativas y artísticas.
Y no dejes de perfeccionar el uso de la exposición. Alex Tan, un fotógrafo y diseñador con residencia en Los Ángeles, anima a experimentar aún más. Declara: “Creo que llenar el encuadre es algo muy interesante: cuando hay partes de una imagen que no necesariamente están por completo en el encuadre o hay un sujeto que está muy en primer plano y tal vez cubriendo un tercio del encuadre. Siento que últimamente pasé de hacer retratos de personas que estaban perfectamente centradas en el encuadre sobre fondos muy despejados a ‘¿Qué pasaría si la cámara estuviera de verdad en esta habitación y estuviera detrás de alguien o mirando por encima del hombro a alguien?’”.
Todo esto se remonta a ese elemento fundamental de la fotografía de retratos. Tan dice: “Esta es probablemente una regla de oro general para muchas fotografías: la historia manda. Esa es la razón por la que hacemos cosas, la razón por la que diseñamos, la razón por la que hacemos películas, la razón por la que escribimos, y animo de verdad a la gente a que no lo olvide”.
Zabih se sumó a esa misma idea, diciendo: “El retrato es interesante, porque a menudo tiras las reglas por la ventana. Si soy capaz de capturar algún tipo de emoción en la foto, siento algo muy especial. Haré fotos en las que dañe la foto a propósito, donde baje la velocidad de obturación o fotografíe cosas recortadas de una manera que normalmente no haría. Sin embargo, mientras haya emoción en la foto, me terminará encantando. Lo bueno de la fotografía de retratos es que no tienes que tener una imagen perfecta para que sea la mejor imagen”.
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