FOTOGRAFÍA
Cómo comprimir tus fotos
Te parecerá mucho más fácil utilizar, compartir y almacenar las imágenes comprimidas.
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¿Qué es la compresión de imagen?
Cómo comprimir fotos en Adobe Photoshop Lightroom
Cómo comprimir archivos de imagen en Adobe Photoshop
Por qué el tipo de archivo importa
La compresión frente al redimensionamiento de imágenes
Comparte tus imágenes comprimidas en línea
Comprime para triunfar
La compresión de imagen es una forma de reducir el tamaño de los archivos para crear imágenes optimizadas para su uso previsto. La regla de oro de la compresión de archivos es no comprimir fotos o imágenes más de lo necesario. ¿Pero cuánto es eso?
¿Qué es la compresión de imagen?
La compresión de imágenes es un método para reducir el tamaño de un archivo de imagen mediante un algoritmo específico. Cada tipo de archivo de imagen como, por ejemplo, JPG, TIF y PNG, utiliza algoritmos distintos para cambiar la forma en la que se almacenan los datos de las imágenes para producir archivos de menor tamaño (medido en bytes). Cuando se comprimen de forma adecuada para el uso previsto, los nuevos archivos pueden mantener una calidad de imagen aceptable con un tamaño reducido (incluso en gran medida).
Encuentra el tamaño adecuado para cualquier foto
La compresión de archivos es tu amiga, sobre todo si sueles quedarte sin espacio de almacenamiento en tu teléfono o disco duro, o si publicas muchas imágenes en línea. Existen muchas formas de reducir el tamaño de tus imágenes sin repercutir demasiado sobre la calidad. Todo empieza con la regla de oro de la compresión: no comprimir fotos o imágenes más de lo necesario.
Si sigues los pasos indicados a continuación, podrás encontrar el equilibrio adecuado entre el tamaño del archivo y la calidad de la imagen. Acto seguido, profundiza un poco más en la compresión fotográfica para que siempre sepas cómo guardar el archivo de imagen de la mayor calidad para cada caso.

Cómo comprimir fotos en Adobe Photoshop Lightroom
Puedes usar cualquier software que convierta tipos de archivo de imagen como tu propio compresor de imágenes personal. En Lightroom, puedes comprimir las fotos originales convirtiéndolas en un archivo JPG o TIF. Los JPG suelen ser ideales para compartir y almacenar imágenes, ya que mantienen una calidad de imagen razonable y un tamaño de archivo relativamente pequeño.
1. Abre una foto en Lightroom.
2. Ve a Archivo > Exportar.
3. En el menú Exportar, elige JPG como tipo de archivo.
4. Cambia las dimensiones y la calidad para reducir el tamaño del archivo. Puedes previsualizar el tamaño de archivo en la parte inferior izquierda de la ventana de Lightroom.
5. Haz clic en el botón Exportar foto y elige dónde quieres guardar el archivo comprimido.
Cómo comprimir archivos de imagen en Adobe Photoshop
La compresión funciona de forma parecida en Photoshop y en Lightroom, pero en Photoshop tienes la opción adicional de exportar tu archivo como GIF. No obstante, para compartir y almacenar archivos, obtendrás mejores resultados si usas el formato de archivo de imagen JPG.
1. Abre tu imagen en Photoshop.
2. Ve a Archivo > Exportar como...
3. En el menú Exportar como…, elige JPG como tipo de archivo.
4. Desplaza el regulador Calidad hacia la izquierda para reducir el tamaño y la calidad del archivo. Puedes previsualizar el tamaño de archivo en la parte inferior izquierda de la ventana Exportar como…
5. Haz clic en el botón Exportar foto y elige dónde quieres guardar el archivo comprimido.
Por qué el tipo de archivo importa
Si trabajas en Lightroom y Photoshop, la forma más rápida de comprimir el tamaño de un archivo es convertirlo a otro tipo de archivo, lo cual resulta especialmente cierto si trabajas con fotos sin procesar (es decir, la versión sin comprimir de la foto de una cámara digital).
Convertir tu archivo de imagen a otro formato comprimirá los datos de cada una de las imágenes para que puedas publicarlas en redes sociales u otros medios, compartirlas o guardarlas. No obstante, no todos los tipos de archivo se crean igual.
El JPG, pequeño pero matón
Los JPG, una opción de eficacia contrastada, son un tipo de archivo popular porque pueden mantener una calidad de imagen relativamente buena con un tamaño reducido. E, incluso con ese tamaño, los JPG pueden seguir plasmando hasta 16.8 millones de colores, lo que hace que resulten especialmente útiles para las fotografías en toda su gloria multicolor. Este formato es compatible en una amplia gama de software y dispositivos. Además, es uno de los tipos de archivo de imagen convencionales para la web, donde el ancho de banda está muy cotizado y los tiempos de carga ágiles son imprescindibles.
El JPG es un formato de archivo con pérdidas, lo que significa que perderás parte de la calidad de la imagen al convertirla. Ahora bien, lo más habitual es que los cambios en la imagen ni siquiera sean visibles para la media de las personas que la contemplen.
Otros tipos de archivo
- TIF: con mayor calidad y tamaño que una imagen JPG, los archivos TIF, en los que no hay pérdida de datos, son una elección magnífica cuando tienes que conservar un archivo de la máxima calidad, como es el caso de las fotos para imprimir, pero puede que no ahorres mucho espacio en tu disco duro.
- PNG: los archivos PNG, que son populares en el diseño gráfico, ofrecen la capacidad única de guardar imágenes con fondos transparentes. Al igual que los archivos TIF, los PNG ofrecen una compresión sin pérdidas, lo que significa que no perderás ninguno de los datos al convertir un archivo al formato TIF o PNG. Ahora bien, de nuevo, cuanto menor sea la pérdida en la compresión, mayor será el tamaño de los archivos.
- GIF: puede que ya conozcas los GIF por su capacidad para mostrar animaciones cortas, pero también sirven para imágenes sueltas. Al igual que los JPG, los GIF ofrecen una compresión con pérdidas para que el tamaño del archivo sea más gestionable. No obstante, solo pueden admitir una fracción de los colores que los JPG, por lo que tal vez no te satisfaga mucho el aspecto de la imagen comprimida.
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La compresión con pérdidas frente a la compresión sin pérdidas
Los términos “con pérdidas” y “sin pérdidas” sirven para describir cuánta información mantienen los archivos tras la compresión.
Los archivos con pérdidas “pierden” una cierta cantidad de datos (por ejemplo, la cantidad real de colores o píxeles de una foto). En la mayoría de los casos, la imagen solo perderá información visual redundante o apenas perceptible. Es improbable que la persona espectadora media sea capaz de distinguir la diferencia entre una foto original y otra que se ha sometido a una compresión con pérdidas. Ahora bien, si quieres imprimir la versión de tu foto con la máxima calidad, te interesará conservar intactos todos sus detalles visuales en toda su pureza, y ahí es donde la compresión sin pérdidas puede echarte una mano.
Si alguna vez has usado un archivo ZIP, ya habrás disfrutado de una compresión sin pérdidas. Con este tipo de compresión, el tamaño de los archivos se reduce ligeramente sin perder ninguno de esos precios datos. La compresión sin pérdidas es magnífica cuando hasta el último detalle de tu imagen cuenta, como cuando editas fotos o imprimes un retrato familiar.
La compresión frente al redimensionamiento de imágenes
La compresión y el redimensionamiento son conceptos similares, y ambos pueden reducir el tamaño de tus archivos. No obstante, existen diferencias fundamentales entre ambas técnicas que debes conocer si quieres procurar que tus archivos de imagen queden bien.
Como ya has aprendido, la compresión de imágenes reduce la cantidad de información visual de un archivo. Plantéate que una imagen es como un mullido edredón de plumón: puedes reducir su tamaño empaquetándolo en una caja. O, si quieres reducir aún más el tamaño del edredón, puedes sacarle algunas plumas antes de empaquetarlo. En ambos casos, sigues teniendo básicamente el mismo edredón, pero uno será más mullido que el otro.
En el caso del redimensionamiento de imágenes, piensa que es como adaptar el edredón de una cama doble a otra individual. La relación de aspecto (es decir, las dimensiones de longitud y anchura) será distinta a la anterior, lo cual viene bien cuando tienes que guardar el edredón para el verano, pero puede que lo lamentes cuando llegue el invierno.
Por lo tanto, a la hora de decidir entre comprimir una imagen y redimensionarla, piensa con antelación en para qué necesitarás esa imagen en el futuro y, solo por si acaso, conserva siempre una copia de la imagen original.

Comparte tus imágenes comprimidas en línea
Hay muchas formas de lucir tus fotos e imágenes en línea, tanto si las usas para crear un sitio web como para enviarlas por correo electrónico a una amistad, publicarlas en redes sociales o guardarlas en la nube. Aquí tienes unos cuantos consejos que te ayudarán a descubrir el mejor estilo de compresión en función de para qué tengas que compartirlas:
Apuesta por el GIF
Los GIF animados son una forma excelente de contar una historia con rapidez. Crear los tuyos propios y compartirlos por correo electrónico, aplicaciones de mensajería o incluso en tu sitio web es tarea fácil.
Crea el recorte perfecto
Aunque no siempre es la mejor solución para reducir el tamaño de archivo de una imagen, recortarla puede ser útil si solo necesitas una pequeña porción de ella, lo cual es particularmente cierto en el caso de las publicaciones en redes sociales, donde la composición de las imágenes importa de verdad.
Haz que tus PSD sean manejables
Si quieres compartir lo que haces en Photoshop con el mundo, lo primero que tienes que hacer es convertir tu PSD (documento de Photoshop) a JPG, uno de los tipos de archivo más universalmente compatibles que también funcionan bien en la web.