Entiende el balance de blancos en la creación de películas

El balance de blancos no solo es un elemento clave para obtener valores blancos de gran precisión en los vídeos. Familiarízate con él para poder conseguir los colores adecuados en el set y en el proceso de edición.

Tiras de sábanas blancas

¿Qué es el balance de blancos?

El balance de blancos es la temperatura del color a la que los objetos blancos de un vídeo se ven blancos. No obstante, la forma en que configures el balance de blancos no solo afecta a los blancos, sino que también determina la apariencia de todos los colores de tus grabaciones. Por este motivo, los fotógrafos y cineastas planifican cada escena teniendo en cuenta el balance de blancos, desde la iluminación hasta la fase de posproducción.
Aprende a utilizar el balance de blancos en tus vídeos y obtén trucos de expertos sobre cómo configurar, ajustar y personalizar el balance de blancos.

¿Cómo afecta la temperatura del color al balance de blancos?

La luz reside en una escala de temperatura de color, motivo por el que cada fuente de luz presenta un color diferente. Piensa en el cálido resplandor anaranjado de la luz de las velas y compáralo con el haz frío, casi azulado, de los fluorescentes. Para medir la temperatura de los colores, los cineastas utilizan la escala Kelvin. Los colores con temperaturas más bajas son más cálidos y están en el lado rojo, naranja y amarillo del espectro: por ejemplo, las bombillas incandescentes o la puesta de sol. Por otro lado, los colores de temperaturas más altas tienen una tonalidad más fría. La luz natural se encuentra en este extremo azul de la escala.

Temperatura del color de la luz diurna y nocturna

El balance de blancos adecuado para una escena dependerá de la temperatura del color de su luz. “A grandes rasgos, el balance de blancos indica que, si los blancos están apagados, la temperatura de color está apagada. Y si la temperatura del color está apagada, hay que averiguar si la cámara está configurada a una temperatura de color incorrecta o si el problema viene de la iluminación”, explica el reportero gráfico Hiroshi Hara.

Calibración del balance de blancos en distintas condiciones de iluminación

El primer paso para solucionar cualquier problema de balance de blancos en el set es conocer las temperaturas de los colores de los distintos tipos de luz. A menos que trabajes en un entorno controlado en el que puedas regular la temperatura de los colores de tus fuentes de luz, tendrás que familiarizarte con algunas situaciones estándares para mantener el balance de blancos bajo control.

Luz diurna

La temperatura estándar de la luz natural en espacios exteriores es de 5600 grados Kelvin (K). Por tanto, si quieres que un trozo de papel blanco se vea blanco en la instantánea, debes establecer el balance de blancos en 5600 K. Este es el estándar del sector, pero se trata solo de un punto de partida. Ten en cuenta que un día soleado con un cielo despejado puede ser ligeramente más cálido que un día nublado. Además, el atardecer y el amanecer casi siempre tendrán una temperatura de color mucho más baja que el mediodía.

Temperatura del color de la luz diurna en dos edificios diferentes

Tungsteno

En lo que respecta a la luz en espacios interiores, lo que también se conoce como luz de tungsteno, el ajuste estándar es de 3200 K. Las bombillas y otros tipos de iluminación artificial suelen tener temperaturas más altas que la luz exterior, por lo que, si fotografías el mismo trozo de papel dentro, deberás reducir el balance de blancos para compensar la mayor calidez de la temperatura del color. Al igual que la luz diurna, los ajustes del tungsteno pasan por todo el espectro, desde las cálidas luces incandescentes hasta los LED, que se acercan más a las temperaturas de la luz diurna.

Foto tomada desde lo alto de unas escaleras de una boca de metro con luces de tungsteno en el techo

Ajustes del balance de blancos en la cámara

El ojo humano se adapta de forma automática a las distintas temperaturas de los colores, pero las cámaras no cuentan con esta función, sino que hay que indicarles cuál es el balance de blancos apropiado para cada escena. Aunque esto se puede hacer en la fase de posproducción, es mejor conseguir un balance de blancos lo más preciso posible con la cámara. Así, ahorrarás tiempo a la larga y te asegurarás de disponer de los datos visuales adecuados en tus secuencias para trabajar con ellos después en el proceso de edición.

Esto no quiere decir que tengas que conseguir una precisión milimétrica. La mayoría de las cámaras pueden fotografiar en un formato sin procesar, lo que deja margen para la posterior edición. Hara recomienda comenzar con un ajuste preestablecido de balance de blancos, como de luz diurna o tungsteno, e ir haciendo ajustes manualmente. Puedes hacerlo de distintas formas, aquí te comentamos algunas opciones.

¿Balance de blancos automático o manual?

El ajuste automático del balance de blancos es una buena opción para los principiantes. Es probable que la configuración del balance de blancos de tu cámara pueda detectar la luz ambiental y ajustar el balance por sí sola. No obstante, si tienes más experiencia, plantéate cambiar al balance de blancos personalizado, pues ofrece un mayor control. Además, así podrás configurar el balance de blancos en condiciones de iluminación complicadas que podrían inducir a error a la cámara.

Tarjetas de balance de blancos y grises

A menudo, los profesionales utilizan estas tarjetas para conseguir una exposición y un balance de blancos adecuados para sus instantáneas. “Una tarjeta de balance de blancos es un término rebuscado para referirse a algo que es blanco”, aclara Hara. Con una tarjeta oficial un tono de gran precisión y un acabado sin reflejos, pero, en su defecto, se puede utilizar cualquier objeto blanco puro. Esta tarjeta sirve como punto de referencia para la cámara y te permite dar con el balance adecuado más fácilmente en situaciones en las que no conoces la temperatura de los colores.

Al igual que la tarjeta de blancos, la tarjeta de grises sirve como punto de referencia para medir la exposición y el balance de blancos. Sin embargo, una tarjeta de grises tiene un tono específico de gris pensado para ser completamente neutro. Esto facilita a la cámara la interpretación de la luz y la elección del mejor balance de blancos. Para utilizar una tarjeta de grises, basta con colocarla delante de la cámara en el modo de balance de blancos personalizado y hacer algunas fotos. Esta es la versión manual del uso del ajuste automático del balance de blancos, en la que la cámara busca por sí sola las zonas neutras del encuadre.

Iluminación

“Siempre que mezcles distintas fuentes de luz, te va a costar dar con el balance de blancos adecuado”, explica la reportera gráfica Margaret Kurniawan. Utiliza una única fuente de luz o varias con una misma temperatura a fin de evitar distintas temperaturas de color en la escena. También puedes servirte de un medidor de luz para obtener una lectura de la temperatura. Procura que el set, la iluminación y la cámara sean homogéneas para no tener que dedicar demasiado tiempo a la corrección de los colores en el posprocesamiento.

Persona de pie en una habitación de paredes verdes con la cara tapada por una cortina que ha levantado el viento que entra por la ventana

Perfección del balance de blancos en el proceso de edición

El hecho de que hayas conseguido configurar el balance de blancos adecuado en la cámara no implica que debas dejarlo intacto en la posproducción. “El balance de blancos puede manipularse de dos formas: por un lado, está la corrección del color, que es la parte científica, y, por otro, la gradación del color, que es la parte artística”, explica el cineasta Mike Leonard. La corrección del color consiste en dar a los colores sus tonos exactos para que tengan un aspecto real. Puedes establecer el balance de blancos en la cámara y continuar el proceso en la fase de posproducción.

Por otro lado, la gradación del color es un arte subjetivo. “Un gran ejemplo de esto es la película Matrix”, asegura Leonard. “Cuando están en Matrix, todo adquiere un tono verde intenso; pero, cuando están en el mundo real, hay una tonalidad azul muy marcada. Dar a cada mundo una apariencia distinta fue una decisión creativa”, añade.

Tanto si pretendes despertar sentimientos de felicidad y nostalgia con colores cálidos, como si quieres conseguir una estética más melancólica con tonos azulados y fríos, puedes crear el aspecto que quieras con aplicaciones de edición de vídeo como Adobe Premiere Pro.

Prácticas recomendadas para el balance de blancos

Desde la preproducción hasta la posproducción, el balance de blancos es un aspecto primordial que debe tener en cuenta todo cineasta. Si no sabes cómo entrenar el ojo para determinar el balance de blancos, empieza con el balance de blancos automático y ajústalo a partir de ahí. Los archivos sin procesar dejan mucho margen de maniobra para la posterior edición, así que no te agobies queriendo conseguirlo todo a la primera. Experimenta y familiarízate con el espectro de colores y sus correspondientes temperaturas. Para aprender a calibrar el balance de blancos en el set, presta atención a la luz fuera de este. Fíjate en la calidad de la luz que te rodea en el día a día; te sorprenderá lo rápido que puedes aprender a distinguir las diferentes temperaturas y balances de blancos.

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