Cómo hacer un anuncio en vídeo que la gente no saltará.

¿Por qué hacer anuncios?

En un mercado infestado de marcas que compiten por la atención de la gente, un vídeo profesional puede ayudar a una empresa a transmitir con rapidez un mensaje y atraer a los consumidores. Tanto si el objetivo reside en dar a conocer la marca, en exhibir un producto o en promover una campaña, un vídeo promocional elaborado específicamente para la televisión o la web suele ser la herramienta más inmediata y eficaz.

“Para las empresas, un anuncio supone una oportunidad de plantarse delante de su público objetivo, de deleitar y sorprender, y de extender su alcance a un público en potencia más amplio”, afirma el productor y director Will Stewart. Para los videógrafos ambiciosos, un anuncio representa una oportunidad de desarrollar sus habilidades, de ampliar sus portafolios y, al final, de que se les retribuya para ser creativos.

Por dónde empezar.

Lo más importante que puedes hacer para llegar a ser un creador de anuncios consiste, simplemente, en ponerte a hacer anuncios.

Adquiere experiencia.

Si estás iniciando tu andadura en el mundo de la videografía o de la dirección artística, puede que te interese aceptar un breve proyecto para una pequeña empresa tan solo para ampliar tu portafolio. “En cuanto tienes un portafolio, puedes empezar a cobrar —asevera el director y productor Kyle Loftus—. Invierte ese dinero en tu próximo anuncio para, por ejemplo, contratar a alguien que tenga una cámara o un equipo de iluminación mejores o, simplemente, más experiencia y que te pueda ayudar”.

Así, puedes hacer un anuncio estupendo con un equipo de producción más amplio y cuyo valor de producción sea superior para seguir mejorando con cada encargo. Pronto, podrás incluso contratar a un animador para añadir elementos gráficos más complejos, o a un compositor para que escriba y grabe una sintonía publicitaria.

Conoce al cliente y lo que necesita.

Para crear buenos anuncios para la web o la televisión, lo primero es investigar bien. “Tus pensamientos deben estar centrados en crear un vídeo que ayude a esta empresa a materializar sus objetivos”, recomienda Loftus.

Reúnete con el cliente para cerciorarte de que tus valores y objetivos estén en sintonía. Averigua por qué a tu cliente le apasiona su producto. Lee la declaración de principios de la empresa y entérate de cómo desea crecer y qué la diferencia de su competencia.

Descubre cuáles son los aspectos del producto o servicio que desea destacar y cuál es el objetivo específico del anuncio. A partir de ahí, podéis poneros de acuerdo en los pormenores más detallados como, por ejemplo, la duración del anuncio, el lugar en el que se emitirá (incluidas en qué relaciones de aspecto tendrás que entregarlo, por ejemplo, 1:1 para Instagram y 16:9 para YouTube), la fecha para la que lo necesita el cliente y el presupuesto.

“Cuanto mayor sea la comunicación inicial en todos los aspectos, con mejor pie empezaréis. De este modo, nadie se confunde y todos estáis en la misma onda sobre el resultado que deberá tener el vídeo”, comenta Loftus.

Averigua cuál es el público objetivo.

Según Stewart, “la riqueza está en los nichos”. Los mejores anuncios son los que se dirigen a un público concreto. Pregúntale al cliente por su estrategia de marketing y la investigación que ha hecho sobre los principales beneficiarios del producto o servicio, así como por los lugares donde colocará los anuncios en vídeo para llegar a clientes potenciales. Si no ha investigado nada al respecto, puede que tengas que indagar un poco por tu cuenta para averiguar cuál es el público objetivo.

Mira los vídeos en Facebook para ver qué es lo que conecta con públicos distintos. “Debes empezar a entender mejor cómo funciona el algoritmo, qué es lo que conecta y qué hace que la gente se detenga a ver el vídeo”, recomienda Loftus. De este modo, podrás fundamentar tus ideas sobre cómo encarar tu producción de vídeos.

Familiarízate con la marca.

Estudia los anteriores anuncios en TV u otras campañas de marketing de la marca. Asimila su voz y su tono, o cómo se dirige a sus clientes, así como las fuentes, los colores y las imágenes que utiliza. Procura conocer el producto y el valor práctico y emocional que aporta a los clientes. También viene bien descubrir cuáles son los anuncios que le gustan al cliente, y cómo se imaginan que será este anuncio, así que pídele vídeos y fotos de referencia.

Cuanta más información tengas sobre la empresa, el producto y el público, más fácil te resultará demostrar el valor del producto y las características que lo diferencian de la competencia.

Qué hacer en la fase de preproducción.

En cuanto os hayáis puesto de acuerdo con el trabajo, la estrategia y el mensaje, toca hacer una lluvia de ideas. Genera tantas ideas como puedas y colabora con el cliente para elegir las que estén alineadas con sus objetivos, que tengan papeletas para calar hondo entre los clientes, y que resulten factibles con los plazos y recursos disponibles.

Escribe un guion y un guion gráfico.

El anunció saldrá mejor y te ahorrarás mucho estrés si guionizas toda la acción, el diálogo o la narración con voces superpuestas antes del rodaje. Acto seguido, crea un guion gráfico (una serie de bocetos que narrarán gráficamente la historia del guion). La elaboración de un guion gráfico te obliga a determinar con exactitud cómo quieres que el anuncio se plasme sobre la pantalla, y puede ayudarte a controlar que transmites el mensaje de forma eficaz sin perder tiempo.

Cuando tengas un guion y un guion gráfico utilizables, podrás crear una lista de tomas, que es una descripción detallada de todas las tomas que tienes que grabar durante la producción. “Soy todo lo detallista que puedo para que, cuando lleguemos al plató, todo el mundo sepa por qué hace lo que hace”, afirma Stewart.

Una buena lista de tomas también debería indicar con exactitud el personal y los materiales que necesitas para hacer el anuncio. Te ayuda a determinar los tipos de ubicaciones que necesitarás y la cantidad de actores profesionales de personal, así como la iluminación, el diseño del plató, el atrezo y el vestuario.