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Adéntrate en el mundo de la fotografía culinaria con estos trucos y consejos de fotógrafos profesionales.
Imagínate esto: estás comiendo en un bonito restaurante. La atmósfera, la luz y la decoración son agradables. Y llega tu increíble cena. Parece el momento perfecto para sacar una foto de tu plato. Sin embargo, las fotografías de alimentos tomadas en este entorno con poca luz nunca se ven tan bien como deberían. Los deliciosos espaguetis de trufa y el suculento faisán se ven planos, sosos y poco apetitosos. ¿Qué ha pasado?
La buena fotografía culinaria requiere planificación y mucho más que una cámara compacta. Ten en cuenta estos trucos y consejos de fotógrafos profesionales para adentrarte en el mundo de la fotografía culinaria.
En primer lugar, es importante entender un poco sobre el sector de la fotografía de alimentos. El experimentado fotógrafo y profesor Ben Long explica: “Si ves una fotografía de alimentos profesional en una revista de gastronomía o en un lujoso libro de cocina, es bueno aspirar a eso, pero no te decepciones cuando tus fotos no se vean así: debes recordar que, en una situación como esa, tienen un estilista de alimentos profesional que básicamente ha venido a peinar y maquillar la comida. Tienen una varita mágica para preparar estéticamente la comida, lo que hace que los alimentos sean tóxicos e incomestibles”.
“Por eso, si solo estás intentando preparar algo de comida y sacarle una foto, es natural que estés en desventaja con alguien que sea un estilista de alimentos profesional. Pero eso no quiere decir que no sigas intentándolo. Simplemente establece metas realistas que puedas alcanzar. De lo contrario, te estarás golpeando contra un muro”.
Long continúa diciendo: “Hay muy poco en un set de fotografía profesional de alimentos que realmente puedas comer. Es muy raro que alguno de los cubitos de hielo que veas en la fotografía profesional de alimentos sea real. Las gotas de agua de una lechuga no son reales. Los fotógrafos de alimentos utilizan muchos trucos. Por eso, si solo estás intentando preparar algo de comida y sacarle una foto, es natural que estés en desventaja con alguien que sea un estilista de alimentos profesional. Pero eso no quiere decir que no sigas intentándolo. Simplemente establece metas realistas que puedas alcanzar. De lo contrario, te estarás golpeando contra un muro”.
“Hay muy poco en un set de fotografía profesional de alimentos que realmente puedas comer”.
Ahora, con eso en mente, se puede hacer una apetitosa fotografía de alimentos sin que la comida sea tóxica. Si quieres ganar algo de experiencia, empieza por lo básico. La fotógrafa culinaria Sarah Aagesen dice: “Yo siempre intento trazar un plan. Tengo una idea en mente de lo que quiero hacer antes de empezar”. Antes de empezar, asegúrate de que tienes los materiales, los accesorios y el equipo que necesitas.
“Yo siempre intento trazar un plan. Tengo una idea en mente de lo que quiero hacer antes de empezar”.
La rapidez es un tema que tienes que tener en cuenta. Si el alimento está congelado, como un polo o una bebida helada, puede cambiar visualmente con bastante rapidez. Para abordar este desafío, asegúrate de investigar sobre el producto alimenticio y obtén más de un ejemplar de este. No todas las piezas de frutas o helados tienen un aspecto irresistible que invite a comértelos, por lo que tener opciones es esencial. Asimismo, tienes que tener en cuenta si el producto se sirve frío o caliente. El vapor caliente puede afectar negativamente a la iluminación y a las sombras, por eso es mejor dejar enfriar un producto caliente antes de comenzar a disparar: planifica con anticipación y piensa qué hará que tu comida parezca apetitosa.
Una vez que sepas cuál es el producto, es hora de elegir una localización para hacer las fotos. El alimento debe influir y tener peso en la decisión de la localización. Long afirma: “La textura que estás fotografiando puede ser importante. Si estás fotografiando una ensalada mediterránea, tal vez no quieras tener muchos accesorios rústicos estadounidenses alrededor. Quieres piedra o azulejo o algo así debajo de la ensaladera”.
“La textura que estás fotografiando puede ser importante. Si estás fotografiando una ensalada mediterránea, tal vez no quieras tener muchos accesorios rústicos estadounidenses alrededor. Quieres piedra o azulejo o algo así debajo de la ensaladera”.
¿Dónde te comerías normalmente ese alimento? Si estás fotografiando una hamburguesa, probablemente no la pongas sobre un elegante mantel de lino blanco, a menos que esa disparidad y contraste sea una elección estilística y artística. La decisión de la localización y la disposición también afectarán a la elección y las opciones de iluminación.
Aagesen advierte sobre la luz solar directa para las fotos de alimentos. Sin embargo, eso no quiere decir que la luz natural no sea ideal. Un consejo: “Puedes fotografiar a través de una ventana, si no es luz solar directa, o a través de una cortina blanca que difumine la luz”. Los días oscuros y nublados pueden ser ideales para fotografiar alimentos. Hacerlo en el exterior puede parecer contradictorio, pero según Aagesen a veces es donde encontrarás la mejor luz.
Si la luz natural no es la de un día nublado, no temas. Tener a mano varias softbox puede resolver el problema. Intenta hacer que la luz del techo rebote o instala la iluminación artificial en el lado opuesto al producto. Esto puede equilibrar la iluminación y eliminar la mayoría de las sombras. No intentes hacer fotos solo con las luces de casa que cuelgan del techo. Esto puede sesgar el balance de blancos. Las luces de casa pueden añadir matices naranjas o amarillos no deseados a la comida, lo que hace que parezca poco apetitosa.
En la fotografía culinaria, tienes que darle estilo a la comida y al plano. En lo que respecta al estilismo de alimentos, busca una apariencia natural. No te preocupes porque parezca perfecto para la foto, céntrate en que parezca apetitoso. Por ejemplo, supongamos que estás fotografiando un smoothie bowl. Aagesen explica: “Voy a empezar con algo que no tiene mucho estilo, tal vez solo con el batido en el bol para comenzar. Y le haré fotos durante el proceso mientras le agrego cosas. Las añadiré en diferentes pasos, por si me paso o le agrego demasiadas cosas. A veces, añades algunas cosas y piensas: ‘Estaba mejor con algunos ingredientes menos’”.
Fotografiar y documentar la comida mientras la preparas estéticamente te puede ayudar a conseguir la foto que necesitas. Asimismo, te permite observar tu progreso e identificar lo que tienes que cambiar o mover en la composición de los alimentos.
Aagesen emplea un sistema similar para preparar estéticamente sus fotos de alimentos. Dice: “Por lo general, cuando empiezo tomo una o dos fotos con cosas realmente simples, con el plato solo y un fondo limpio. Así tengo eso como una opción y luego empiezo a añadir accesorios”.
Cuando se trata de estilizar la foto, los accesorios son importantes. Utilizar ingredientes de la receta que presentas puede ser una buena opción para las fotografías de alimentos. También utilizar diferentes utensilios, servilletas y paños de cocina. Pueden añadir una textura y un color interesantes a la imagen. Puedes darle algo de variedad a las imágenes experimentando y agregando flores o plantas. Si bien esta estética es menos realista, depende de ti crear tu propio estilo y puede ofrecer un bonito contraste con tus otras imágenes.
Piensa en la velocidad de obturación y la profundidad de campo al fotografiar alimentos. El enfoque es muy importante: por ejemplo, si hay texto en una etiqueta que estás fotografiando, debes fijarte en que la velocidad de obturación de tu cámara DSLR no sea demasiado lenta. Cualquier movimiento leve podría desenfocar el texto del envase y arruinar la toma. Aagesen normalmente dispara con una apertura inferior, entre 2,5 y 4,6, pero a veces la amplía para planos cenitales. Una profundidad de campo profunda o poco profunda puede ser importante para llamar la atención sobre el área de enfoque. Y difuminar el fondo puede ser eficaz para eliminar detalles que distraen. Pero sin excederse o todo el plato puede quedar desenfocado.
Examina la composición e intenta usar la Regla de los tercios. El fotógrafo Samuel Nute dice: “Imagina que el visor está dividido en nueve secciones diferentes y trata de ocupar seis de esas áreas”. Mantén los elementos más importantes de la composición, es decir los alimentos, colocados sobre esas líneas o sobre los puntos de intersección que forman la cuadrícula de la Regla de los tercios. La fotografía de alimentos es similar a la fotografía de bodegones y utilizar la Regla de los tercios puede “hacer que todas tus fotos mejoren al instante”, dice el fotógrafo Derek Boyd. Tener en cuenta herramientas de composición como estas puede hacer que tu fotografía culinaria mejore rápidamente. Si no consigues la composición perfecta mientras haces las fotos, después puedes editarlas en la posproducción. Siempre puedes recortar y editar los colores más tarde para conseguir la foto ideal.
Intenta hacer fotos cámara en mano y también utilizando un trípode. Así tendrás más variedad para elegir. Y a veces moviendo la cámara encuentras sin esperarlo una composición mejor para tu foto. El movimiento ofrece la oportunidad de probar los ángulos de la cámara y experimentar con la composición, mientras que un trípode permite perfeccionar un plano específico de la comida, como un primer plano.
“Imagina que el visor está dividido en nueve secciones diferentes y trata de ocupar seis de esas áreas”.
Al igual que en todos los tipos de fotografía, en la fotografía culinaria la práctica lleva a la perfección. No te desanimes mirando fotos con un estilismo profesional. Sal y prueba cosas nuevas. ¡Que aproveche!
Ben Long, Sarah Aagesen, Samuel Nute, Derek Boyd
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