Vuelve a lo analógico con la fotografía de carrete.
Explora las raíces de la fotografía analógica y descubre cómo de complejo y, aun así, gratificante es tomar fotografías con carrete, revelar las exposiciones e imprimir las fotografías.
Captura el momento.
Antes de que la fotografía digital entrase en escena, todas las fotografías se hacían con rollos de películas sensibles a la luz. A partir de ahí, los fotógrafos analógicos revelaban los carretes e imprimían sus fotografías en un cuarto oscuro: un proceso físico que permite a los artistas acercarse a la fotografía como medio. La fotografía analógica te proporciona un control completo sobre la exposición de la imagen y la velocidad de obturación. Además, la capacidad de imprimir y ampliar las imágenes ayuda a los artistas a comprender mejor cómo se hacen las fotografías.
Aunque la película puede ser una buena forma de explorar los entresijos de la fotografía, conlleva pasar por un proceso de prueba y error. “Puedes aprender de forma muy rápida con la fotografía digital. Sin embargo, con la analógica puedes tomar una fotografía sin saber qué ajustes has utilizado. Podrías conseguir la fotografía perfecta, pero no saber el porqué. Con la digital, puedes acudir a los metadatos y comprobar qué número f y velocidad de obturación has utilizado”, explica el fotógrafo Ryan Mills.
Domina tus herramientas de fotografía.
Cámaras analógicas.
En la fotografía analógica, se inserta un carrete de película sensible a la luz en la cámara. Cuando el obturador de la cámara se abre, la película se expone a la luz y se captura una impresión. Una vez que la exposición se ha hecho, el fotógrafo hace avanzar la película para preparar una nueva sección que no se ha expuesto todavía para la siguiente fotografía. En ciertas cámaras manuales, puedes enrollar la película hacia atrás y volver a fotografiar en la misma sección varias veces para crear una doble exposición. Cuando se ha fotografiado todo el rollo, se quita de la cámara y se revela.
“Un detalle importante que tener en cuenta sobre las cámaras digitales es que la marca de la cámara, como Nikon o Canon, no tiene demasiada importancia; la imagen será prácticamente igual. Además, cuando la gente comienza a editar las fotografías, es difícil discernir de qué tipo de cámara provienen”, señala Mills. “Con la analógica, sin embargo, las cámaras y las películas dan un aspecto distinto. Todas funcionan un poco diferente”.
Muchos fotógrafos utilizan una cámara réflex de un solo objetivo (SLR) para la fotografía analógica, que emplea un espejo y un prisma para crear una exposición. El funcionamiento interno de estas cámaras permite a los fotógrafos mirar a través del visor y la lente para ver qué van a capturar dentro del marco. Las cámaras SLR vienen en distintos formatos, incluidas las cámaras de 35 mm, las de formato medio y las de gran formato. Estos formatos equivalen al tamaño de la película física que cabe en la cámara. Además, cuanto más grande sea el negativo de la película, mejor será la resolución de la imagen final. En los formatos más pequeños, como el de 35 mm, el granulado de la película será más evidente en la imagen impresa.
“Puedes conseguir cámaras analógicas bastante baratas, pero es más caro tomar fotografías”, explica el fotógrafo Dillon Jenkins. Las cámaras digitales son más caras de entrada, pero no tienen un coste añadido que se acumula con cada foto que haces. No obstante, ten en cuenta que no puedes tomar fotografías con una película de 35 mm en una cámara de formato medio. Por lo tanto, antes de comprar un carrete o una cámara, piensa en el tipo de fotografías que quieres crear antes de invertir en el equipo.
Película fotográfica.
Cuando se trata de la película, hay algunas opciones que tener en cuenta. “Actualmente, por lo general, puedes comprar película de 35 mm y de formato medio de 120 mm. Puede que hayas oído los términos de formato 120 y 220. En esencia, son la misma película de tamaño de formato medio, pero con longitudes diferentes”, comenta Mills. Con un rollo de película más largo, puedes tomar más fotografías antes de reemplazarlo. “Puedes conseguir unas 10 o 12 fotografías con una película de 120, y unas 22 o 24 con una de 220”, señala Mills.
Las cámaras analógicas pueden tomar fotografías tanto en blanco y negro como en color. La película en blanco y negro es algo más fácil de revelar por ti mismo, pero la de color te da pie a experimentar con matices y sombras. Las distintas marcas de carretes, como Fujifilm y Kodak, pueden proporcionarte también una saturación de color o contraste diferentes. Prueba unas cuantas marcas y comprueba cuál se adapta más a tus necesidades artísticas.
Más allá del color de la película, también puedes escoger entre los positivos y los negativos de las películas. Los negativos capturan una imagen invertida de tu fotografía, lo que hace más fácil imprimir la imagen en el cuarto oscuro. La película positiva crea imágenes positivas sobre una base transparente. “Una de las principales diferencias entre los negativos en color y los positivos en color es la latitud de exposición, que es el rango dinámico de la película en sí”, explica Jenkins. Ten en cuenta que cada tipo de película tiene distintos parámetros y consideraciones.
- La película positiva en color tiene más color y saturación. La película positiva en color suele usarse en las cámaras de vídeo analógicas, ya que es más fácil de proyectar.
- La película negativa en color es flexible, pero los colores pueden cambiar de forma involuntaria si la configuración de la cámara analógica es demasiado alta o baja.
- La película en blanco y negro es menos cara que la película en color. También es uno de los medios que más juego da y que puedes revelar por tu propia cuenta en casa.
Recuerda que, antes de que se haya revelado la película, esta aún es sensible a la luz, así que el artista debe tener cuidado al revelarla para limitar el riesgo de destellos de luz o de sobreexposición de la película.
Cómo sacar fotografías con carrete.
Comprende los ajustes de la cámara.
El triángulo de exposición es imperativo en la fotografía analógica. “Empezaría con la fotografía digital, de modo que comprendas bien los aspectos fundamentales. Con el carrete, fotografías todo manualmente”, afirma Mills. Dado que todo es manual, debes entender a la perfección cómo afectarán a tu fotografía la velocidad de obturación, la apertura y el ISO. Además, con las cámaras analógicas, el ISO, o la sensibilidad a la luz, depende de la película física.
Planifica por adelantado tu fotografía.
Con la fotografía analógica, tienes un número limitado de exposiciones a tu disposición. Si quieres capturar fotografías de paisajes, no querrás quedarte sin película antes de llegar al mirador, por lo que lleva contigo un par de rollos de película adicionales por si acaso. También puede ser útil llevar un diario o un registro de los ajustes de la cámara mientras fotografías. De este modo, cuando observes las imágenes después de revelarlas, puedes ver qué hiciste bien y qué salió mal.
“Cuando se trata de la fotografía analógica, espera cometer muchos errores. Además, a veces te gustarán esos errores. Creo que entender cómo has cometido el error te ayuda a apreciarlo”, explica Jenkins. “Por ejemplo, una vez mi cámara se rompió, pero seguía funcionando. Así que fotografié un rollo de película con ella. Sin embargo, la cámara siguió fotografiando aproximadamente 40 exposiciones, lo cual era muy extraño. Lo que pasó es que el carrete se rompió y había estado sacando fotos sobre la misma sección de la película durante dos meses, por lo que tenía alrededor de 30 fotografías en un fotograma”. Con la fotografía analógica ocurren errores raros, pero esos momentos pueden ayudarte a crear algo realmente único e inesperado.
Cómo procesar tu película.
Después de fotografiar con un rollo de película, tienes que revelarlo. Una forma es enviar el rollo de película a un revelador. Solía haber numerosas compañías de procesamiento de películas, pero con el auge de la fotografía digital se ha vuelto más bien una especialidad. Con los reveladores por correo, generalmente puedes escoger el formato que te gustaría para tus imágenes. Puedes solicitar solo la película procesada, impresiones pequeñas o grandes de cada fotografía o imágenes digitales de las fotografías del carrete. Esta forma puede ahorrarte tiempo y te proporciona imágenes de gran calidad para editar de forma digital.
Monta un cuarto oscuro.
Otra opción que tener en cuenta es revelar en casa. Para algunas películas, puedes pedir un kit de revelado con los productos químicos adecuados. Por otro lado, si tienes un sótano oscuro o una habitación sin ventanas, puedes crear un cuarto oscuro en casa. Esto te proporciona la flexibilidad de revelar tu película y, luego, crear tus propias impresiones de fotografías. Ten en cuenta que la película en blanco y negro es la más fácil de revelar e imprimir en casa, además de requerir menos productos químicos.
Para montar un cuarto oscuro en casa, necesitas un espacio oscuro, una lámpara inactínica, los productos químicos adecuados, agua destilada, un revelador, un fijador, bandejas y guantes. Puedes comprar los productos químicos y el revelador de forma online o en una tienda de fotografía especializada. Para revelar la película, necesitas cargarla en el tubo de revelado, mezclar los productos químicos, verterlos en el revelador, lavarlo y, entonces, secar los negativos.
Imprime tus fotografías.
Cuando se sequen los negativos, puedes imprimir tus fotografías. Utiliza un ampliador para proyectar tu negativo en un trozo de papel fotosensible y crea tiras reactivas e impresiones encendiendo la luz dentro del ampliador durante una serie de segundos que vayan en aumento.
Prepara cuatro bandejas y llénalas con el revelador, el fijador, un estabilizador y agua. Después de exponer el papel de la fotografía a la luz, deposítalo en una bandeja de revelado. Mientras el papel se asienta en el revelador, observarás que el contraste y las sombras comienzan a aparecer. A partir de ahí, pásalo al fijador, luego al baño de paro y, entonces, lo enjuagas en un baño de agua. Ten en cuenta que la marca del papel y los productos químicos afectarán a la cantidad de tiempo que la impresión permanece en cada solución. Después de eso, puedes colgar tu foto para que se seque, enmarcarla y disfrutar.
Dales a tus fotografías un toque digital.
El proceso de revelado físico de la película puede ser divertido y productivo, pero si buscas crear una apariencia artística específica, puede que tengas que experimentar mucho hasta conseguirla. Otra forma de conseguir la fotografía perfecta es transformar tu fotografía de carrete en una imagen digital. Utiliza una cámara DSLR, un escáner fotográfico o tu móvil para crear una toma de alta calidad de tu negativo o una impresión fotográfica. A partir de ahí, puedes utilizar Adobe Photoshop Lightroom para editar y perfeccionar la imagen. Si no sabes bien cómo dar tus primeros pasos, echa un vistazo a estos tutoriales:
- Utiliza el Pincel de ajuste para sobreexponer y quemar una imagen, similar a las tácticas usadas en el cuarto oscuro, para ajustar la exposición y el contraste en ciertas zonas de tu fotografía.
- Elimina los elementos que distraigan del fondo de tu imagen con estos simples pasos.
- Utiliza herramientas de edición selectivas en Lightroom, como el Pincel o Degradados radiales, para editar zonas específicas de tu fotografía.
- Aprende a editar el polvo y las marcas de las fotografías en Adobe Photoshop.
La fotografía analógica requiere tiempo y paciencia, pero tomar fotos con película puede ayudarte a conectar con las fotografías y comprender la fotografía de una nueva manera. Independientemente de si eres un fotógrafo profesional o principiante, la fotografía analógica te obliga a dominar el triángulo de exposición, los ajustes de la cámara y tu visión creativa. Si no estás preparado para invertir en un cuarto oscuro o en una cámara SLR, considera una Polaroid o una cámara de película instantánea en su lugar. Seguirás teniendo la experiencia física de la fotografía analógica, pero de una forma más accesible.
Colaboradores
Ryan Mills, Dillon Jenkins
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