Introducción a la fotografía documental.
Recopila consejos para hacer fotos de acontecimientos históricos y de la vida diaria. Aprende a traspasar la línea entre la creación artística y el fotoperiodismo.
Toma de fotos que captan la vida real.
La fotografía documental describe las fotos que intentan registrar el mundo como es. Desde las fotografías de guerras con gran angular hasta primeros planos de personas en la calle, estas imágenes pueden informar a la audiencia sobre los rincones ocultos de la vida contemporánea e incluso llegar a formar parte de los registros históricos. Con independencia de los tipos de fotos que desees tomar o de tu motivación, puedes encontrar la inspiración en conocer un poco más a los pioneros que usaron por primera vez sus cámaras para informar, instruir y mejorar a la sociedad.
Los primeros fotógrafos documentales.
En la primera mitad del siglo XIX, cuando la cámara todavía era una tecnología nueva y complicada, los fotógrafos documentaban acontecimientos como la Guerra de Crimea y la Guerra Civil en los Estados Unidos. También se unieron a expediciones exploratorias para captar lugares lejanos y llegaron a inventar el género de la fotografía paisajística.
Hacia finales de ese siglo, algunos fotógrafos pusieron el objetivo de sus cámaras en la gente común. En Nueva York, el periodista Jacob Riis escribió sobre los aprietos que sufrían los pobres. Cuando aprendió a usar la fotografía con flashes, la utilizó para exponer las condiciones de vida tenebrosas y sórdidas de los inmigrantes y los niños de la ciudad. Estas fotos se recogieron con posterioridad en un libro de fotografía callejera denominado How the Other Half Lives (Cómo vive la otra mitad). Sus fotos contribuyeron a la creación de las nuevas leyes sobre el empleo infantil y de mejores escuelas, lo que vino a demostrar que la fotografía documental podía tener un efecto en el cambio social. Unas cuantas décadas después, el sociólogo Lewis Hine usó su cámara para exponer la crueldad del trabajo infantil en los montes Apalaches.
Los documentalistas del siglo XX amplían el campo de acción.
En los años 30 del siglo XX, los fotógrafos estadounidenses Dorothea Lange y Walker Evans fueron contratados por la Administración para la Seguridad Agraria para documentar los esfuerzos de los trabajadores inmigrantes y aparceros durante la Gran Depresión. Las fotos de Lange, como la icónica Madre inmigrante, contribuyó a generar conciencia y espolear al gobierno federal para que enviara ayudas.
Durante esa misma tumultuosa década, el fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson tomó fotografías por toda Europa, obsesionado por la idea de que un fotógrafo podía “fijar la eternidad en un instante”. Tras la Segunda Guerra Mundial, se unió a Robert Capa y otros fotógrafos en la fundación de Magnum Photos, una agencia fotográfica cuya misión consistía en servir a la humanidad registrando imágenes por todo el mundo.
Después en los años 60 del siglo XX, la fotógrafa Diane Arbus usó la fotografía documental para transmitir la representación a los grupos marginalizados. Sus motivos incluían a bailarinas exóticas, nudistas, participantes en los carnavales, personas de avanzada edad, niños, madres y miembros de la comunidad LGBTQ+. Una década después, Nan Goldin se hizo famosa por sus fotografías de “drag queens” en Boston y de la escena postpunk en Nueva York.
Durante casi dos siglos, la fotografía documental ha sido un medio para que los artistas arrojen luz sobre la injusticia y amplíen el círculo de preocupación para incluir a toda la humanidad.
Por dónde empezar.
Sigue tu curiosidad. “Si hay algo que te cuestionas, probablemente haya otras personas que se cuestionen lo mismo. Persigue esa idea, y puede que lo encuentres”, afirma el fotógrafo documental y editor fotográfico Alexander Cohn. Por supuesto, salir al mundo y hacer fotos de personas puede resultar intimidatorio, por lo que aquí tienes algunos consejos sobre cómo enfocarlo:
Aprende a manejar tu cámara. Comprende el propósito y el efecto de cada escenario, y practica tomando todo tipo de fotos en todo tipo de condiciones. Cohn recomienda el uso de una cámara con escenarios manuales: “No puedes estar en deuda con la cámara por hacer todo el trabajo y deberías saber por qué hace lo que hace, para poder neutralizarlo a veces y decir: ‘No, en realidad esto funcionará mejor’”.
Aprende lo que permite hacer una buena foto. Ponle atención a la composición, a la luz y a las sombras, a la historia que puede contar una imagen individual, y al modo en que unas cuantas grandes imágenes pueden ampliar esa narrativa. “Lleva un tiempo llegar hasta el punto en que tienes varias fotos buenas, pero entonces puedes determinar una forma para relacionarlas en una historia más completa”, afirma Cohn.
El uso de Adobe Photoshop para realizar ajustes puede ayudarte a perfeccionar tus imágenes. Si disparas fotos en un reportaje, no transformas la foto, pero, como explica Cohn: “Usas herramientas como Photoshop para intentar mostrar lo que viste. Estás intentando mostrar el mundo que viste en ese pequeño fotograma”.
Haz los deberes.
Investiga tu motivo. “La fotografía documental realmente se combina con investigaciones y entrevistas”, comenta el fotógrafo Andrés González, aunque puntualiza que también se puede adoptar un enfoque más emocional y menos volcado en la investigación. Para American Origami, su libro sobre fotos escolares, González pasó seis años investigando en diversos archivos las historias relacionadas con una narrativa más amplia de la violencia de las armas.
También escribe mucho. “Tienes que componer un guion gráfico —afirma Cohn—. Tienes que pensar en las fotos y tienes que escribir sobre las fotos —los momentos— que deseas mostrar. Sé capaz de explicarte a ti mismo y plasmarlo sobre el papel para que se lo puedas explicar a alguien más. Después, puedes intentar obtener estas imágenes”.
Ganarse la vida como fotógrafo es difícil y exige tiempo y perseverancia. “No tengas miedo en tener otro trabajo que te ayude a pagarlo —recomienda Cohn—. Haz lo que puedas hacer para que las cosas funcionen y no te avergüences de ello”.
Tu paciencia tiene que extenderse también al proceso. Antes de que tomes fotos de personas, intenta conocerlas si puedes. Escucha sus historias. “En ocasiones tienes tantas ganas de entrar y hacer fotos que acabas entrando en un espacio y no te tomas el tiempo de presentarte a la gente porque solo necesitas conseguir esa foto —afirma González—. No obstante, es realmente importante dejar espacio a tu motivo para enfocarlo y también para que tú puedas resultar vulnerable”.
Cultiva la empatía y crea confianza.
Con independencia de tu visión, tienes que prestar atención a las historias de las personas a las que estás fotografiando. “Recuerda quiénes son, qué pasa con ellos y por qué estás tomando ciertas fotos —afirma González—. Incluso si te encuentras en una situación en la que estás haciendo fotos, mostrar esas fotos no es necesariamente la mejor opción. Debe promoverse y cultivarse un código ético personal mientras haces tu trabajo”.
Consejos para entornos poco familiares.
Volviendo a sus inicios, la fotografía documental ha servido para ampliar las perspectivas de las personas y enseñarles sobre distintos pueblos y culturas. Los fotógrafos documentales todavía lo hace en la actualidad y aún se encuentran con barreras culturales.
González sugiere unas cuantas estrategias para superarlas. Una consiste en trabajar con intérpretes o asesores locales. Si estás en un territorio poco familiar, puedes ir a los departamentos fotográficos de las universidades e intentar reclutar a estudiantes que trabajen contigo. González dice, en referencia a él y a su esposa, que también es fotógrafa: “Nos ayudó a abrir la comunidad para nosotros. Y con ello, también se convirtió en una colaboración porque estás trabajando con alguien de la comunidad. Necesitas a colaboradores, a personas que te ayuden a abrir puertas y comprender los lugares de los que estás intentando hacer fotos”.
En donde quieras que busques historias, inspírate con los fotógrafos documentales que te han precedido. Aspira a usar tu curiosidad, paciencia y compasión, así como tus habilidades fotográficas, para mostrarnos algo nuevo sobre nosotros mismos. Recuerda que tomar fotos puede cambiar el mundo.
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